“Cuando la mayoría de las personas se comportan de cierta manera la mayor parte del tiempo, éstas no son el problema, sino que está situación es inherente al sistema.”
W. Edwards Deming, el padre del movimiento de la calidad total
Lionel Scaloni se hace cargo de la selección nacional, luego de formar parte del cuerpo técnico que dirigió al equipo en el mundial 2018. Es importante recordar este hecho puesto que en ese cuerpo técnico hubo discrepancias entre el director técnico con su ayudante, que no era Scaloni, y entre el director técnico con los jugadores del plantel. Un sistema tóxico que generó los comportamientos que llevaron a que el equipo fuera eliminado en octavos de final.
¿Eso quiere decir que las personas no pueden ejercer su capacidad de elegir ante el sistema? La respuesta es no. Las personas pueden ejercer su capacidad de elegir retirándose del sistema, aceptándolo o intentar modificarlo. Eso sí, el sistema influye para que los comportamientos ocurran.
Personas buenas en sistemas malos, pueden hacer cosas malas.
Personas malas en sistemas buenos, pueden hacer cosas buenas.
Bob Chpaman – CEO de Barry-Wehmiller
Por sistema me refiero al conjunto de creencias, valores y normas que orientan a los miembros acerca de la manera en que se hacen las cosas.
Scaloni se hizo cargo de la selección e implementó un sistema completamente distinto al que había vivido.
Estableció normas, como por ejemplo, al único jugador que cambiaba durante un partido si se lo pedía era Messi, al resto los cambiaba cuando lo consideraba conveniente. Esta norma, fue aceptada por todos.
Determino valores, como por ejemplo la humildad. Este valor se reforzó, primero siendo él ejemplo al dejar salir sus emociones y, segundo, con la actitud que tiene el mejor jugador del mundo mostrando agradecimiento por sus compañeros y por no reflejar nunca que él es el mejor de todos. Desde la humildad, aparece el respeto por los demás y por uno mismo, como quedó demostrado en el partido con Países Bajos con la respuesta dada ante la provocación de los jugadores de ese país y con la actitud de los jugadores que a priori parecían titulares y terminaron siendo suplentes.
¿El sistema garantiza el logro del objetivo? En absoluto, nada puede garantizar el logro del objetivo. El sistema busca generar los comportamientos que se consideran adecuados para el logro del objetivo. Si el resultado hubiese sido diferente, el reconocimiento al equipo por lo hecho habría sido parecido.
“Es responsabilidad absoluta de quien dirige el desarrollo del sistema”
Salimos campeones! Las emociones estaban a flor de piel, apareció la euforia y rápidamente el pueblo se manifestó en las calles festejando un nuevo logro. La llegada de los jugadores desató una fiesta popular de una multitud que sinceramente nunca había visto. Es incomprensible para otros lo que le sucede al pueblo argentino con el fútbol, la pasión y felicidad que produce el haber conseguido una copa que tanto anhelábamos y que, por Messi, sentimos que la merecíamos.
En medio de ambas celebraciones, apareció la barbarie. Un grupo minúsculo de personas en diferentes lugares se dedicaron a ultrajar monumentos públicos, a destrozar instalaciones, a robar ruedas, un camión proveedor de bebidas e incluso un cajero automático. Ha habido accidentados por exponerse a riesgos inadmisibles que podrían haber terminado con la vida de quienes se exponían.
¿Porqué pasan estas cosas? En mi opinión por la inexistencia de un sistema.
No existe el sistema que oriente a los miembros acerca de la manera en que se hacen las cosas. Hay normas, pero no se cumplen. No existen valores. Cuando no hay sanción por infringir normas y no hay valores, cualquier cosa puede ocurrir.
Si quienes tienen la responsabilidad de desarrollar el sistema se manifiestan vulnerando normas y con falta de valores, si alaban a personajes que hacen lo mismo dando a entender que el pueblo debe copiar estos comportamientos y si, además, lo único que les importa es el interés propio para perpetuarse en el poder, es lógico que sucedan estás barbaries. Argentina tiene un enorme problema de liderazgo que deberá resolver.
Salimos campeones del mundo con un equipo que tenía un sistema, tenía reglas y valores que se respetaron. En definitiva, tenía un líder que desarrolló el sistema y se soportó callado las críticas que recibía.
Dios quiera que quienes dirigen el país emulen a Scaloni, de lo contrario no tenemos salida.
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