Mencionaba en la nota de la semana pasada que la conversación de desarrollo personal le permite al líder conocer de sus liderados aquello que les encanta hacer y a la vez les comunica que los valora, que quiere ayudarlos y conocerlos para diseñar un trabajo donde se sientan a gusto y puedan hacer su mayor contribución.
La conversación de coaching la complementa, ya que tiene como objetivo facilitar la liberación del talento de sus liderados para que puedan hacer su mayor contribución. Es decir, es una conversación que busca disminuir las limitaciones que pueden existir, poniéndose al lado de las personas y no en el lugar de las personas.
Es el trabajo del líder despejar el camino de obstáculos,
asegurando que cada individuo pueda tener éxito.
—De Las 4 Disciplinas de Ejecución
La pregunta que dispara la conversación de coaching es: ¿Cómo puedo ayudarte de la mejor manera?
Es una pregunta abierta que hace a las personas pensar en el pedido que vaya a hacer. Además, no invita a interpretarse como una insinuación a tomar el control de la tarea, simplemente a facilitar la tarea.
El pedido de ayuda, que surja como respuesta, puede estar relacionada a alguna de las tres dimensiones que existen en toda empresa/equipo: la operacional, la relacional y/o la personal. Recordemos que la dimensión operacional refiere a la tarea que hay que hacer y es por lo general la dimensión a la cual los ejecutivos le prestan más atención. La dimensión relacional hace referencia a como se relacionan las personas para colaborar y contribuir con lo mejor de sí mismas. La dimensión personal refiere a las personas en cuanto a su salud, felicidad, propósito y calidad de vida.
Si la respuesta tiene que ver con obstáculos que demoran la efectividad en las tareas, en general estos se relacionan con exceso de burocracia, restricciones presupuestarias y/o objetivos en conflictos con otros equipos o prioridades de las personas. Algunas preguntas que se pueden utilizar en estos casos son:
¿Se te ocurre alguna forma de lograr el objetivo sin tener que desafiar el status quo?
¿Podemos hacer cambios en el proyecto para que se adecue al presupuesto?
¿Estás dispuesto a buscar nuevas alternativas?
En cuanto a las relaciones la respuesta casi con seguridad refiere a algún tipo de conflicto personal o entre equipos. Algunas preguntas que pueden ayudar en este aspecto son:
¿Qué piensas sobre el problema?
¿Porqué piensas lo qué piensas?
¿Qué propones hacer al respecto?
Respecto de lo personal las respuestas en general refieren a estados emocionales que pueden ser consecuencia de situaciones de su vida privada o de conflictos en la empresa. En estos casos es indispensable que el líder tenga una excelente destreza en la gestión de las emociones. Cuando una persona pasa por un estado emocional necesita la presencia del líder a través de una escucha empática que le permita identificar la emoción que transita y de esta manera, poder indagar, en la medida que lo autorice la persona, sobre la historia que esta detrás de las emociones[i]. Recordemos que la emoción siempre es la correcta, lo que puede estar equivocada es la historia que la sustenta. Algunas preguntas que pueden hacerse:
Así que lo que te escucho decir es que estas ..(la emoción)…, ¿estoy escuchando correctamente?
¿Te sientes ..(la emoción)… acerca de …(hechos relatados)…?
¿Cómo estás lidiando con eso?
¿Qué puedo hacer para ayudar?
Independientemente de a que dimensión refiere la respuesta, siempre agradece la apertura a conversar sobre estos temas.
Recuerda, el objetivo de la conversación de coaching es liberar el talento de cada una de las personas que lideras.
Julio Velazco dijo: “la mentira más grande en el deporte es que todos los jugadores deben ser tratados igual”. Yo diría que: “la mentira más grande en el liderazgo es que todos los empleados deben ser tratados igual”. Sí deben ser tratados con equidad, pero no igual.
Cada ser humano necesita ser tratado diferente para poder abrirse a una conversación y la herramienta indispensable para lograrlo es la conversación de coaching
Soy muy exigente con el rendimiento. Soy muy exigente conmigo mismo y soy muy exigente con las personas que me rodean. Pero sé que para poder ser exigente hay que empoderar a la gente. No se puede ser exigente con alguien que no está empoderado. No es justo.
CARLOS GHOSN
[i] Si te interesa tener un set de preguntas sobre cada emoción escríbeme a info@gustavopicolla.com
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