Convengamos que definir un cambio es algo relativamente simple, implementarlo es un desafío. Mantenerlo, eso sí que es muy difícil.
Si esto es así para alguien en particular, imagine lo complicado que es cuando involucra a muchas mas personas, como un equipo de trabajo por ejemplo.
¿Por qué es tan difícil?
Porque implica cambio de comportamiento de las personas que forman el equipo, lo que requiere soltar comportamientos que el equipo está acostumbrado a hacer para incorporar los nuevos. Para lograrlo es indispensable enfoque, disciplina y paciencia y con el tiempo, crear hábitos sólidos de comportamiento.
Analicemos el proceso
Todo cambio comienza con un impulso para mejorar, sino ¿para qué cambiar?
Ese impulso debe manifestarse a través del énfasis del líder, quien debe estar comprometido y convencido del cambio a implementar.
Seguidamente, el líder debe involucrar y responsabilizar a su equipo por los nuevos comportamientos que desean ver. Solo si el equipo siente pertenencia ante este cambio se podrá crear el hábito.
¿Dónde se complica el proceso?
El proceso se complica por los comportamientos que el líder demuestra
La pregunta es, ¿Cuáles son esos comportamientos?
Analicemos alguno de ellos
- Obviedades compartidas
El líder asume que “es obvio” el comportamiento que espera ver. Error fatal. El equipo puede interpretar los cambios en forma diferente a la del líder. Si el equipo no tiene claro el resultado que se espera, les resultará difícil implementarlo. Cerciórese que el equipo lo entendió perfectamente.
- No predica con el ejemplo.
El líder implementó el proceso pero porque estuvo muy ocupado, no estaba comprometido o incluso se olvidó por completo del comportamiento, le restó importancia. Así que, si el equipo ve que el líder no es ejemplo del proceso, asumirá que no le importa y por ende volverán a implementar viejos comportamientos. Siempre recuerde que las personas actúan en función de lo que ven, no de lo que se dice y que las decisiones del líder reflejan sus prioridades.
- No involucra al equipo
Nadie cambia por un pedido o una orden de cambio. ¿Ud. alguna vez cambió porque alguien le dijo que cambie? Hay líderes que bajan los cambios que quieren ver como una orden sin tener en cuenta que esos son los comportamientos que el quiere ver y que posiblemente el equipo no los comporta. La solución: involucre al equipo para que acuerden los comportamientos que todos desean ver, no cuesta nada y se gana mucho.
- No responsabiliza al equipo
El proceso de cambio requiere que el equipo se responsabilice por los nuevos comportamientos que desea ver. Cuando esto no ocurre y el líder lo deja pasar, el proceso muere. Es necesario que el líder reclame al equipo el cumplimiento del comportamiento que desea ver y que el equipo acordó llevar a cabo.
- No acepta feedback
El líder responsabiliza al equipo por los comportamientos que desea ver, pero si el líder se enfada cuando el equipo lo responsabiliza a él por incumplir un comportamiento, el proceso de cambio comienza a perder fuerza. Es indispensable que cualquier integrante del equipo tenga el derecho de responsabilizar a quien sea ante un incumplimiento en los comportamientos acordados. Recuerde: no hay jerarquía para responsabilizar ante fallas en los comportamientos que se desean ver.
- Acortar el proceso
La impaciencia es el principal enemigo por derrotar en el proceso de cambio de comportamiento. Si el líder tiene prisa en ver los comportamientos que desea ver y se deja llevar por ella, tomará el atajo y acortará el proceso. La efectiva transformación no se logra acortando el proceso, se logra respetando los tiempos de este. Por eso la paciencia es el antídoto para evitar acortarlo.
En definitiva, todo proceso de cambio comienza por el impulso a cambiar. Después necesita del compromiso y convencimiento del líder. Y mucho más importante, el líder debe estar consciente de sus comportamientos porque son estos los que definen el éxito del proceso.
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