Dos mujeres cumplen setenta años.
Una de ellas «sabe» que su vida se acerca a su fin. Para ella, siete décadas de vida significan que su cuerpo debe estar desmoronándose, y que será mejor empezar a poner en orden sus asuntos.
La otra mujer establece un criterio más elevado para sí misma. Decide que el montañismo puede ser un buen deporte para iniciar su práctica a los setenta años. Durante los veinticinco años siguientes se dedica a dominar esta nueva aventura, y llega a escalar algunos de los picos más altos del mundo. El 24 de julio de 1987, a la edad de 91 años Hulda Hoehn Crooks se convirtió en la mujer de mayor edad en completar la ascensión al monte Fuji en Japón.
¿A qué se debe que cada una de ellas tome una actitud diferente? Se debe a sus sistemas de creencias.
Una creencia es una interpretación, con sensación de certeza, sobre algo que pasa en nuestra vida.
La primera de las mujeres interpreta que a los setenta años el cuerpo se desmorona, mientras la segunda interpreta que es momento de practicar montañismo. La sensación de certeza de ambas viene dada por referencias que han tomado durante su vida de diferentes fuentes. De familiares, amigos, libros que hayan leído, películas que hayan visto, persona que tienen de ejemplo, etc. En la medida en que esas referencias se repitan asiduamente y/o tengan un fuerte impulso emocional, convierten a la creencia en realidad, en una verdad absoluta. La consecuencia de este pensamiento es que seguramente nunca serán cuestionadas.
¿Cuál es el problema de no cuestionarlas? El problema radica en que todas nuestras elecciones y acciones son el resultado de nuestras creencias, sean estas conscientes o inconscientes. Por lo tanto, son las creencias las que determinan quienes somos.
“las creencias tienen el poder de crear y de destruir” – Tony Robbins
En lo que crees es en lo que te conviertes. Si crees que cómo esta el país no hay posibilidad de crecimiento, pues no vas a crecer. Si crees que con el equipo que tienes no puedes lograr los objetivos, pues no vas a lograrlos. Si crees que eres muy estructurado, pues todo debe ser estructura. Si crees que eres un incompetente porque has fracasado en ciertas y determinadas tareas en tu vida, pues serás un incompetente. Una vez que te convenzas de que es cierto, pueden transformarse en una profecía autocumplida. Si además crees que son irremediables, que hagas lo que hagas perderás puedes caer en lo que la psicología definió como incapacidad adquirida. No es que eres incapaz, es que adquiriste la incapacidad por tus pensamientos.
Si quieres tener éxito en la vida no debes tolerar esas creencias, como le dijo Walter Nelson a “maravilla” Martinez: ¡salí de ahí maravilla!
¿Cómo hacerlo?
El desafío es, como dijo André Gide:
La creencia que se convierte en verdad para mí… es aquella que me permite hacer un mejor uso de mi fuerza, el mejor medio de poner en acción mis virtudes.
No debes olvidarte de que independientemente del impulso emocional y la cantidad de veces que se repitan las referencias, las creencias son solo interpretaciones. Nadie nos obliga a interpretar los hechos de una manera que nos perjudiquen, nosotros somos los dueños de nuestras interpretaciones, de nuestras creencias. Nosotros elegimos donde poner el foco. Los líderes son aquellos que aún teniendo referencias negativas o ausencia de referencias de éxito eligen ignorarlas y aferrarse al poder de perseguir continuamente sus visiones.
“ Tienes poder sobre tu mente , no sobre eventos externos. Date cuenta de esto, y encontrarás la fuerza”. ― Marco Aurelio
¿Se puede cambiar una creencia?
Mi teoría es que todos podemos cambiar nuestras creencias en la medida que eliminemos la creencia de que es difícil y lleva tiempo cambiar nuestras creencias.
Te dejo un ejercicio: elige una creencia que te limite y luego la creencia contraria, una que te habilite. Visualiza como estarás en diez años si eliges una u otra. Ahora depende vos, ¿que creencia eliges?
Recuerda siempre que:
“El pasado nunca equivale al futuro”
A menos que vos lo decidas.
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