“Esto de ser humano es como una casa de huéspedes.
Cada mañana, un recién llegado: una alegría, una depresión, una maldad, un momento de conciencia llegan como visitantes inesperados.
¡Dales la bienvenida y entretenlos a todos!
Aunque se trate de una multitud de penas, que violentamente irrumpen en tu casa sin muebles. Aún así, trata honorablemente a cada huésped. Tal vez te estén limpiando para una nueva delicia.
Al pensamiento oscuro, la vergüenza, y a la malicia recíbelos en la puerta riendo e invítalos a pasar.
Se agradecido con cualquiera que llegue, porque cada uno ha sido enviado como guía desde el más allá.”
Yalal ad-Din Muhammad Rumi
Es muy posible que te hayas encontrado pensando que las emociones aparecen de repente, nos avasallan y no hay forma de detenerla, ¿verdad? Es lógico que pensemos de esta manera.
Desde que la neurociencia ha profundizado el conocimiento sobre nuestro cerebro, podemos conocer que la información que dispara un acontecimiento llega mas rápido al cerebro emocional que al racional y eso nos da la sensación de avasallamiento por parte de las emociones. Por ende, no habría forma de que la razón decida que emociones debemos sentir ante cada acontecimiento.
Leer lo anterior puede llevarte a pensar que si el cerebro emocional responde primero y no podemos decidir que emociones sentir, entonces somos esclavos de nuestras emociones. Por suerte, ese pensamiento es equivocado, podemos hacer algo con nuestras emociones, gestionarlas. Y digo por suerte porque como vimos en artículos anteriores las emociones nos impulsan a accionar y las acciones nos acercan a los objetivos que nos proponemos.
Reflexiona sobre estas preguntas:
Si eres demasiado emocional, ¿haces lo que sabes que es lo mejor?
Si eres demasiado emocional ¿queres usar técnicas que sabes que harán que las cosas mejoren?
Te diría con cierta certeza que la respuesta es NO para ambas preguntas, porque cuando la emoción nos domina el cerebro racional se apaga y así es como después nos arrepentimos de lo que hicimos o dijimos.
Recuerda esto: “Las emociones descontroladas pueden hacer a personas inteligentes unas estúpidas”
En la medida en que logremos gestionar nuestras emociones más efectivos seremos, de esto se trata la inteligencia emocional.
“El autocontrol emocional –retrasar la gratificación y reprimir la impulsividad
están detrás de cualquier tipo de logro”. Daniel Goleman
Entonces, ¿Cómo gestionamos nuestras emociones?
De haber leído a varios autores sobre el tema y de mi experiencia personal, considero que para gestionar nuestras emociones debemos:
Desarrollar la capacidad de reconocer la emoción en el mismo momento que aparece, ser conscientes de ella. Autoconsciencia.
Nombrar la emoción permite que el cerebro se reorganice para reducir la sobrecarga emocional.
Inmediatamente después de nombrarla, toma una respiración profunda y exhala lentamente. Prueba ahora mismo, toma una respiración profunda y sentí que pasa en tu cuerpo el exhalar lentamente. ¿te sientes relajado, centrado, con mayor capacidad de pensar?
Ahora es el momento de revisar el significado que hay detrás de cada emoción. Recuerda que el significado dispara la emoción. Como dice Fred Kofman, todas las emociones son correctas, lo que posiblemente sea incorrecto es la historia que la dispara. Analiza la historia indagándola.
Acciona
Los pasos 2 y 3 son necesarios para regular la emoción. Sin ellos es prácticamente imposible poder revisar la historia detrás de la emoción.
“El autodominio exige autoconciencia más autorregulación, componentes clave de la inteligencia emocional”. Daniel Goleman
¿Estás pensando que fácil es decirlo pero difícil es hacerlo?
Tienes razón porque justamente necesitamos ejercitar estas habilidades en los momentos donde estamos en peores condiciones para entender la información y ejecutar hábitos nuevos.
Déjame regalarte esta analogía.
Digamos que no me caracterizo por ser una persona musculosa, con fuerza muscular. Bien, imagínate que quiero levantar una pesa de 100kgr., lo intento una, dos, tres veces y lógicamente no puedo levantarla. Entonces puedo decir, jamás levantaré esta peso y resignarme a no lograrlo.
Sin embargo, puedo comenzar un proceso a partir de intentar levantar una pesa de 10kg, y así ir incrementando mi masa muscular de tal manera que llegado el momento pueda levantar la pesa de 100kg.
Con la gestión de emociones sucede lo mismo. Si eres una persona que no tiene la capacidad de gestionar tus emociones y tratas de hacerlo una, dos, tres veces posiblemente no puedas gestionarlas. Pero si empiezas un proceso donde intentas desarrollar de a uno los pasos indicados, llegado el momento podrás gestionarlas.
Depende exclusivamente de vos.
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