De un tiempo a esta parte implementé en los cursos y conferencias, donde el tema ameritaba, una encuesta con la siguiente consigna:
“Elija las tres condiciones que una cultura debe tener para sentirse entusiasmado”.
De las 719 respuestas recibidas, la que mas se repite con un 18,1% de respuestas es hacer lo que le apasiona. Las que le siguen son: con 12,4% un buen ambiente de trabajo, un 10,2% pertenencia y un 10% sentirse importante/valorado. Las respuestas fueran dadas por asistentes de diferentes países de Latinoamérica.
¿Qué me dicen estos porcentajes?
Que el entusiasmo de las personas en una empresa se debe a que hacen lo que les apasiona en un buen ambiente de trabajo, donde se sientan importantes/valorados y que les pertenece.
Según Gallup, “El beneficio más poderoso que un gerente puede proporcionar a sus empleados es ubicarlos en trabajos que les permitan usar lo mejor de sus talentos naturales, agregando habilidades y conocimientos para desarrollar y aplicar sus fortalezas”.
Sin embargo, las conversaciones habituales de los gerentes son acerca del cumplimiento de las tareas, el acatamiento a los horarios y, en contadas ocasiones, sobre lo que deben mejorar los empleados. Estas conversaciones concuerdan con la mentalidad de microgestión e instar a la gente a lograr los objetivos en beneficio propio que tienen los gerentes. Nada acerca de lo que entusiasma a sus empleados.
La consecuencia de esto es que los gerentes no conocen a las personas, no saben cuáles son aquellas cosas que los impulsan, sus sueños, sus talentos, sus valores. Por ende, el sentimiento de los empleados es que no son importantes ni valorados. Gallup corrobora esto cuando informa que sólo el 23% de los empleados en Latinoamérica están comprometidos con la empresa donde trabajan.
La conversación de desarrollo personal tiende a satisfacer algunas de las condiciones necesarias para que las personas se entusiasmen. Por un lado, permite al líder conocer a sus liderados, qué les encanta hacer, qué es lo que mejor hacen, qué sienten que deben hacer. Por el otro, les comunica que los valora, que quiere ayudarlos y conocerlos para diseñar un trabajo donde se sientan a gusto y puedan hacer su mayor contribución. Así las personas descubren sus talentos, pasiones, valores únicos, y los alinean con sus responsabilidades laborales y profesionales.
Las conversaciones de desarrollo personal afirman el valor y el potencial de cada persona en un equipo.
Ahora bien, podría estar pensando que no siempre es posible que la tarea que la persona tiene que hacer coincida con aquello que le gusta hacer, con sus talentos. Esta en lo cierto, es verdad. No obstante, es factible generar conexiones. Tal vez no sea la tarea, pero sí la contribución como consecuencia de la tarea lo que puede entusiasmarlo. Como ves es necesario reflexionar sobre el tema para encontrar la conexión.
Cada uno de nosotros es un hilo único en la intrincada red de la vida
y está aquí para hacer una contribución. –DEEPAK CHOPRA
La mentalidad de un gran líder es: "Estoy al servicio de quienes lidero para el éxito de todos". La conversación de desarrollo personal es una herramienta vital para ser coherente con su mentalidad.
El efecto es que contribuye a la generación de un círculo virtuoso que comienza con personas que se sienten valoradas, reconocidas, respetadas, orgullosas de trabajar en la empresa que producen productos/servicios de excelencia, que son comprados/recibidos por clientes leales que permiten a los dueños de la empresa lograr la rentabilidad esperada.
De esta manera, los líderes lograrán que todas las partes interesadas en la empresa se beneficien.
Aquellos a quienes honramos son aquellos que más nos han influido. A menudo son aquellos que creyeron en nosotros, incluso cuando no creímos en nosotros mismos. Blaine Lee,
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