¿Recuerda Ud. la época en qué Joaquín Guzmán Loera, conocido como el "Chapo" Guzmán fue capturado por elementos de la Marina Armada de México y en esa misma época en el océano Índico desaparecía sin dejar rastro alguno el vuelo 370 de Malaysia Airlines, que llevaba 227 pasajeros y 12 tripulantes? ¿Se acuerda cuando en la Ciudad del Vaticano, eran canonizados los papas Juan XXIII y Juan Pablo II por el papa Francisco? Alemania alcanzaba su 4° título de Mundial de Fútbol en Brasild derrotando a nuestras selección nacional, Barack Obama anunciaba que Estados Unidos "levanta el ancla del pasado" y modera el bloqueo a Cuba y Marcelo Gallardo asumía la dirección técnica de River Plate iniciando la era más exitosa del club. ¿se acuerda? Todos esos hechos sucedieron en el año 2014.
Piense por un momento, ¿dónde estaba Ud. ese año? ¿cómo era? ¿Quiénes eran sus amigos? ¿cuáles eran sus sueños, sus esperanzas? Si alguien le hubiese preguntado: ¿dónde estarás dentro de diez años? ¿qué habría contestado? ¿se encuentra hoy donde deseaba estar?
Tal vez nunca se lo preguntó o lo pensó, pero hoy donde quiera que Ud. este es porque ha usado uno de los poderes que tenemos los seres humanos, el poder de la decisión.
Todo lo que sucede en la vida, ya sea bueno o malo, empieza por una decisión. Una decisión acerca de cómo quiere vivir o de dejarse dirigir por las circunstancias. Sólo cuando existe la decisión es posible ejecutar una acción, forjándose de esa manera su propia vida.
Como dice Benjamin Disraeli:
El hombre no es la criatura de las circunstancias,
las circunstancias son las criaturas de los hombres.
Mirando hacia atrás, ¿hubo alguna decisión que de poder modificarla habría hecho que su vida fuera totalmente diferente a como es hoy, tanto para bien como para mal? Durante la década pasada, ¿experimentó emociones de desdicha y frustración, de deslealtad y soledad? En esos casos, ¿qué decidió hacer? ¿continuó avanzando más allá de sus propios límites o abandonó la pelea? ¿en qué medida han influido esas decisiones en el trayecto de su vida actual?
Ese año de 2014, gracias a la decisión, que había tomado tres años antes, de trabajar para mí y no para otros, emprendía mi primer viaje a México contratado por el Consejo de Exportación de Soja de Estados Unidos, para trabajar y disertar en una asociación de fabricantes de alimentos para consumo animal. Sin saberlo, ese viaje fue el primer impulso que confirmaba que el camino que había elegido era el correcto. Gracias a ese viaje me siguieron contratando para disertar en diferentes eventos por varios países de Sud y Centro América. Ese viaje fue el inicio de lo que hoy soy después de una década. ¿qué hubiese sido de mí si no aceptaba ser parte de ese viaje? ¿si hubiese decidido trabajar para otros? ¿si hubiese escuchado voces bien intencionadas que me decían lo contrario? No lo sé, pero de lo que estoy seguro es que no sería feliz.
Ese es el poder de la decisión. Hay muchas personas que se pasan la vida expresando deseos, son esas personas que dicen repetidamente “me gustaría”: “me gustaría ganar más dinero”, “me gustaría pasar más tiempo con mi familia”, “me gustaría hacer algo diferente en la vida”. Expresiones que dejan a esas personas paradas en el mismo lugar donde están porque lo que expresan no implica ningún tipo de compromiso, solo deseos. Es que luego de esos “me gustaría” aparecen todo tipo de excusas que no son ni más ni menos que el sistema de creencias que esas personas tienen. “Es como mis padres me educaron” “nunca tuve oportunidades cuando era joven” “no estoy preparado para eso” “soy demasiado viejo o joven” “no tengo suficiente dinero para hacerlo”, excusas. Y en la vida o se tiene excusas o se tienen resultados.
Solo el compromiso que proporciona el poder de la decisión barre con cualquier excusa que se interponga en el camino. La decisión de hacerlo es el padre de que ese deseo se haga realidad. La decisión implica comprometerse no solo con el resultado que se quiere lograr, sino también con la persona que debe ser para lograrlo.
Gran cantidad de personas no suelen tomar decisiones conscientes, se tiran al río sin decidir dónde quieren ir. Entonces, son arrastradas por la corriente, los acontecimientos, los miedos, los desafíos. Y llega un punto donde se sienten fuera de control, permaneciendo en ese estado hasta que un buen día se dan cuenta que se dirigen a una enorme catarata. Y en ese momento reaccionan, pero ya es demasiado tarde se caen en esa catarata. Esa caída puede ser emocional, física, financiera, la cual podría haberse evitado si se hubiesen tomado mejores decisiones antes de tirarse al río.
La buena noticia es que podemos tomar decisiones conscientes en cualquier momento de la vida. Si quiere contralar su destino debe tomar decisiones respecto a qué ponerle foco, a lo que las cosas significan para Ud. y qué debe hacer para alcanzar los resultados que desea.
Pregúntese ¿cómo voy a vivir los próximos diez años de mi vida? ¿qué acciones voy a emprender hoy para crear el mañana con el que estoy comprometido? ¿qué me voy a proponer a partir de ahora? ¿qué es importante para mí en el largo plazo?
Y recuerde las palabras de Goethe:
En lo referente a todos los actos de iniciativa y creación, hay una verdad elemental, y es el momento en que uno se compromete definitivamente; luego, la providencia también se mueve.
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