En 1943 el psicólogo humanista Abraham Maslow desarrolló una teoría según la cual existe una jerarquía de las necesidades humanas, sosteniendo que a medida que se satisfacen las necesidades más básicas, los seres humanos desarrollamos necesidades y deseos más elevados.
Como las necesidades se presentaban en forma de pirámide, esta teoría es más conocida por la Pirámide de Maslow. En la imagen podemos ver las jerarquías desarrolladas:
Por supuesto que, como toda teoría, ha tenido sus críticas. Sin embargo, la pirámide ha tenido mucha relevancia en el mundo empresarial, específicamente en el marketing y en recursos humanos.
La pregunta es: ¿sigue vigente esta teoría en el mundo empresarial?
En mi opinión, SI.
La mayoría de las empresas centran su foco en cubrir las primeras dos necesidades. A través del pago del sueldo satisfacen la necesidad de alimento y sueño, en menor medida la seguridad del empleo, pero lo que no proveen es pertenencia, reconocimiento y autorrealización.
Reflexione:
Suponga que trabaja en una empresa de la cual recibe una remuneración que le permite satisfacer sus necesidades de alimento, descanso, salud y propiedad privada. Sin embargo, siente sistemáticamente que su empleo corre peligro debido a la cultura de la empresa.
¿sentiría pertenencia? ¿creería que los reconocimientos son genuinos? Ni hablar de la autorrealización.
No se Ud., si a mi me pasara eso la respuesta a esas preguntas sería no.
La realidad es que históricamente las empresas no han instalado culturas que promuevan sentimientos de pertenencia. Se han dedicado sistemáticamente a utilizar a las personas para obtener beneficios económicos. El resultado, las personas se dedican a cuidar su quinta, a desperdiciar energías en politiquería, a quedar bien con Dios y con el diablo.
Esta realidad explica porque, en la encuesta de Gallup, solo el 32% de los empleados latinoamericanos está comprometido con la empresa que trabaja.
Cuando las personas se sienten cuidadas, respetadas, seguras, valoradas, orgullosas, no solo por la empresa sino también por sus colegas, es cuando se concentran en lograr el propósito de la empresa y por ende en beneficiar a todas las partes interesadas.
Esto solo sucede en las tres últimas necesidades de la jerarquía: pertenencia, reconocimiento y autorrealización.
Lograrlo, depende de la cultura.
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