En estos días volví a leer una frase de Dale Carnegie que dice así:
“Cuando se trate de personas, recuerde que no se trata de criaturas de la lógica, sino criaturas de la emoción”
Esto me puso a reflexionar y recordé las tres dimensiones que existen en toda empresa y/o equipo de trabajo: la dimensión de la tarea, la de las relaciones y la individual.
La dimensión de la tarea refiere a todas aquellas acciones que deben ser llevadas a cabo para alcanzar las metas, la visión, el propósito de la empresa.
La dimensión de las relaciones trata acerca de la calidad de las relaciones que las personas tienen en la empresa.
La dimensión individual se enfoca en la salud física y psíquica de las personas que son parte de la empresa.
La pregunta es: ¿a cuál de las tres dimensiones considera Ud. que los empresarios le prestan más atención? No hay muchas dudas, ¿verdad? A la dimensión de la tarea.
Es absolutamente lógico que así sea porque es la dimensión indispensable para alcanzar la rentabilidad que la empresa necesita para sobrevivir. Porque como siempre digo, la rentabilidad en cualquier organización es como el oxigeno del ser humano, sin estos ambos mueren.
Sabiendo esto, hace alrededor de un mes comencé una encuesta en algunos cursos donde le pido a los asistentes que señalen, de una serie de opciones, cuáles encuentran en sus empresas.
De 128 respuestas recibidas, el 17,2% dice que en su empresa hay criticas/quejas, el 14,8% que se echan culpas, el 12,5% que hay lucha de egos, el 10,9% que no se comparte información, 10,2% que hay miedo a hablar y le siguen en menores porcentajes: peleas internas, juegos políticos, hipocresía, si pudieran, se irían.
Hay cierta coherencia entre los resultados y la dimensión de la tarea. Es que la mayoría de las empresas evalúan a sus empleados en función de los resultados que logran y, además, contratan a personas talentosas, con experiencia y estudios indispensables para cumplir con las condiciones necesarias para alcanzar los resultados que la empresa espera lograr.
Ahora, ¿Es factible que una empresa con estos niveles de comportamientos pueda ser lo efectiva que debería ser? Para mí, no.
Por otra parte, ¿a qué dimensiones considera que refieren esos comportamientos? Yo creo que a las dos que menos importancia se les da, la de las relaciones y la individual.
En otra encuesta, que también hago en mis cursos, les pido a los asistentes que elijan tres condiciones, de una serie de ellas, que una cultura debe tener para entusiasmarse. De 1.115 respuestas, el 16,4% dice que le entusiasma poder hacer lo que le apasiona, el 13,2% que exista un buen ambiente de trabajo, el 10% sentir pertenencia, el 9,6% sentirse valorado y luego siguen en menor porcentaje: compartir el propósito de la empresa, tener claridad de objetivos, ser respetado, tener una retribución adecuada, ser reconocido, ser escuchado y tener autonomía. Nuevamente condiciones que refieren a las dos dimensiones que menos importancia se les da.
Entonces vuelve a mi mente la frase de Carnegie e interpreto que los empresarios ven a las personas como recursos, en lugar de verlos como personas. Porque, según Carnegie, la lógica aplica para los recursos, pero no para las personas. Y lógicamente, logran resultados quemando los recursos, en este caso los humanos.
Pero, sabe una cosa. Estoy convencido que las empresas exitosas serán aquellas dirigidas por empresarios que además de aplicar la lógica para alcanzar las metas entiendan que los seres humanos son más efectivos cuando su estado emocional es el adecuado para serlo. Empresarios que entienden que pueden definir metas, visión y propósito juntamente con los empleados en un ambiente donde prime la seguridad psicológica que facilita la coordinación de acciones y la colaboración. Y que a las personas se les debe facilitar su desarrollo, tratar amablemente, reconocerlas y pagarles justamente.
Porque como dice Simón Sinek:
100% de los empleados, son personas. 100% de los clientes, son personas. 100% de los proveedores, son personas. 100% de los inversores, son personas. Si Ud. no entiende a las personas, Ud. no entiende los negocios
Y recuerde, cuando se trate de personas, no se trata de criaturas de la lógica, sino criaturas de la emoción
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