Durante la segunda clase del curso “Lidera tú vida en la rutina diaria” suelo hacer una dinámica que tiene como objetivo que los asistentes redacten un primer borrador de su misión personal.
En la primera parte, el ejercicio consiste en responder una serie de preguntas que buscan conectar al asistente con quien es, que lo apasiona, cuáles son sus talentos, sus contribuciones, etc. En la segunda parte, realizo una visualización para ayudarlos a descubrir quién quieren ser y cómo quieren actuar para sentirse orgullosos de sí mismos.
Indefectiblemente en cada edición del curso sucede que un grupo de asistentes logran emocionarse, conectar con quienes son, con lo que es importante para ellos y se dan cuenta que pasan su tiempo preocupándose por cosas triviales.
¿por qué se producen esas emociones, esas conexiones?
En mi opinión, porque estamos tan inmersos en la vorágine de la rutina diaria que pocas veces nos sentamos a reflexionar sobre nosotros, no paramos de hacer yendo por un tener que muchas veces ha sido elegido en función de lo que otras personas piensan, de lo que el status quo dice que es lo correcto o porque queremos pertenecer a una comunidad que exige tener ciertas cosas. Lo peor, es que creemos que ahí esta la felicidad.
Hace aproximadamente 10 años, durante el 2013, designaron a Bergoglio como el nuevo Papa, moría Mandela, se firmaba el memorando de entendimiento con Irán, nos clasificábamos para jugar el mundial en Brasil, entre otras cosas. Y ud., ¿recuerda cuáles eran sus sueños en ese año? ¿se encuentra hoy donde deseaba estar? ¿O nunca se lo preguntó?
Vivimos la vida por inercia, nos levantamos a la misma hora todos los días, comenzamos nuestras repetitivas actividades y terminamos el ajetreado día mirando televisión o alguna serie de Netflix para luego irnos a dormir porque al otro día tenemos que volver a hacer lo mismo. Centramos nuestra atención en lo superficial e insignificante y en los tiempos libres realizamos actividades que nos dejan insatisfechos. Por lo tanto, buscamos satisfacción en las cosas materiales, que una vez que las conseguimos ya no le damos la misma importancia.
Es que la felicidad no está en el tener. Sino, como se explica que personas exitosas, con los recursos financieros para hacer lo que les plazca terminan consumiendo drogas, alcohol o incluso suicidándose.
Bronnie Ware, una enfermera australiana que trabajó en cuidados paliativos y cuidó de numerosos pacientes al final de sus vidas, escribió el libro "Los cinco principales remordimientos de los moribundos”, basado en las experiencias y las conversaciones que tuvo con los pacientes mientras enfrentaban su inminente muerte. Los cinco remordimientos más comunes expresados por las personas al final de sus vidas son:
"Desearía haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí"
"Desearía no haber trabajado tanto"
"Desearía haber tenido el coraje de expresar mis sentimientos"
"Desearía haber mantenido contacto con mis amigos"
"Desearía haberme permitido ser más feliz"
Se da cuenta que entre los cinco remordimientos mas importantes no aparece el tener algo material. Por el contrario, refieren a la importancia de vivir auténticamente, buscar el equilibrio, expresar nuestras emociones, mantener relaciones significativas y perseguir la felicidad.
Creo fervientemente que nacimos por una razón; que fuimos creados para que todos los seres humanos cumplamos propósitos específicos en un mundo misterioso. ¿Cuántas veces reflexionó sobre su razón de ser?
Lo desafío a que se tome un tiempo de reflexión y se pregunte: Si fueran los últimos días de mi vida, ¿cuál sería mi principal remordimiento? ¿cómo voy a vivir los próximos diez años? ¿qué me voy a proponer a partir de ahora? ¿cómo me gustaría que me recuerden?
Cierro este articulo con un fragmento del discurso que Steve Jobs dio en la Universidad de Standord en el 2005
“Porque prácticamente todas las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso se desvanece frente a la muerte, dejando solo lo que es verdaderamente importante. No hay razón para no seguir a tú corazón. Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastes viviendo la vida de otro. No dejes que el ruido de las opiniones de los demás ahogue tu voz interior. Y lo más importante, ten el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición. Todo lo demás es secundario.”
¿Qué es para vos lo verdaderamente importante?
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