En el artículo anterior te comentaba sobre el impacto que tiene en los empleados el sentirse reconocidos, así como también la poca importancia que los gerentes le dan.
Esta falta de reconocimiento hace que las personas se desenfoquen, se sientan desmotivadas, se desconecten del propósito que abrazaron y pierdan la energía necesaria para trabajar.
Como expresa Fred Kofman:
el hambre de significancia -de saber que uno es significativo-
es tal vez una de las necesidades más básicas del ser humano.
Por eso el reconocimiento es tan poderoso. Es como una caricia al corazón que produce enormes beneficios en la calidad de las relaciones, el entusiasmo de las personas y en definitiva en la efectividad de la tarea. Necesitamos ser reconocidos, no solo en el trabajo, sino también en nuestros hogares.
¿Cuándo reconocer?
El reconocimiento lo podemos emplear en alguna de estas tres situaciones:
Cuando están mostrando el comportamiento/valor correcto
Cuando el desempeño es ejemplar, cuando se lo califica de excelencia.
Por su esfuerzo en medio de algún tipo de actuación o antes de completar un proyecto. Es como ese estímulo en el camino que dice sigue adelante, no dejes de llegar a la línea de meta,
Debes tener en cuenta algo muy importante, no reconozcas a las personas como una táctica de gestión porque las personas lo sienten y porque te vas a perder el placer que implica el saber que has tocado la vida de otra persona.
“no pienses en que tienes que hacer para reconocer,
piensa en quien debes ser para reconocer”
¿Cómo hacerlo efectivo?
Para que un reconocimiento sea recordado por quien lo recibe debe ser genuino, proporcional y oportuno. También debes tener en cuenta el mensaje.
Analiza este ejemplo:
“Quiero expresar mi agradecimiento por la gestión de Graciela. Sin su esfuerzo y dedicación no habríamos terminado a tiempo con el pedido de uno de nuestros principales clientes, quien lo seguirá siendo gracias a la gran labor de Graciela.”
Te preguntarás que tiene de malo ese reconocimiento, ojalá me reconocieran así en mi empresa ¿verdad?
La cuestión es que, para que el reconocimiento sea poderoso, el mensaje debe contemplar cuatro cosas:
Ser directo. El reconocimiento es más poderoso cuando el mensaje llega directo a quien lo recibe y no de rebote porque le hablamos al público presente.
Reflejar mis sentimientos: como me siento a partir del comportamiento evidenciado.
El comportamiento especifico, detallado y explícito.
El impacto que tuvo su comportamiento en mí, en el equipo y/o en la organización.
Veamos el ejemplo, ¿como te suena ahora?:
“Graciela, valoro inmensamente tu esfuerzo y dedicación. Sin tu ayuda no hubiéramos podido terminar a tiempo el pedido de uno de nuestros clientes más importantes, quien seguro lo seguirá siendo gracias a vos.
Me siento orgulloso que formes parte de nuestro equipo.”
Poderoso, ¿verdad?
"Debe iluminar todos los rincones de su organización para encontrar a esas personas trabajando en una relativa oscuridad y celebrar la grandeza cotidiana de cada persona".
Marcus Buckingham
Reflexión
Piense en el reconocimiento más significativo que haya recibido. ¿Cómo te hizo sentir?
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