Hoy era uno de esos días que salís y no sabes si está nublado o soleado. Parece loco verdad, pero los días de densa niebla son así. Solo cuando esta se disipe resuelves la incógnita.
Hoy era uno de esos días y me encontraba viajando por una ruta hacia Calchín, en la provincia de Córdoba, detrás de un camión. Esos días donde pasar al camión es como la ruleta rusa, si no viene nadie zafas pero si viene uno de frente posiblemente no la cuentes más. Son esos momentos donde la conciencia y la prudencia determinan que hagas lo que nunca haces en condiciones normales de tiempo, te quedas pacientemente detrás del camión. Y así fue.
Ese rato detrás del camión me llevó a pensar en qué momentos de la vida podemos pasar por situaciones similares o aquellas donde, a pesar de que no hay niebla, procedemos igual. Y de repente, me encontré pensando en el "miedo a".
Claro, es que el "medio a", como la niebla, muchas veces nos paraliza y la prudencia detrás del camión, se convierte en cobardía por afrontarlo. Esa emoción que se dispara porque ese "monito loco" que todos tenemos en nuestra cabeza nos dice: "quédate acá, ni se te ocurra hacerlo. Quédate en la zona de confort que estás bien, para que arriesgar". Y en general resulta que le hacemos caso.
Esto es así porque estamos seteados para pensar negativo. Gracias a Dios! porque de no haber sido así, de no tener "miedo a", no existiríamos como especie humana, hubiésemos sido devorados por depredadores.
El problema es que hoy esos depredadores ya no existen, bueno tal vez haya algunos disfrazados de humanos, y si nos dejamos dominar por el "miedo a" nos perdemos de muchas cosas que pueden ser importantes.
Mira vos, ahora estoy escribiendo en un avión y pienso cuantas personas por el "miedo a" volar se pierden de conocer ciudades, culturas, paisajes, nuevos aprendizajes. Claro, hay otros "miedos a".
El "miedo al" fracaso o al rechazo ese que no impide que aceptemos nuevos desafíos, un ascenso, o emprender un nuevo proyecto.
El "miedo a" no ser aceptados o queridos, que hace que evitemos hacer nuevas amistades, conocer personas o perdernos de empezar una relación amorosa con alguien que nos gusta.
El "miedo a" la crítica o a ser juzgados, que nos hace perder de aprender algo nuevo, practicar un deporte, bailar. O mucho peor, mantener una postura perjudicial por el solo hecho de mantener el status quo.
En fin, habría muchos más "miedos a" que nos hacen quedarnos detrás de un camión aun cuando es posible pasarlo. Con esto no quiero decirte que debes ignorarlo, sino reconocerlo y, cuando la conciencia te muestre que no es una cuestión de vida o muerte, enfrentarlo te abrirá nuevas posibilidades. Es el momento donde debes respirar profundamente, decirte que tienes "miedo a" y preguntarle al "monito loco" que evidencias ciertas tiene para que te quedes en la zona de confort y no atreverte a salir.
Todos tenemos algún "miedo a", la cuestión es que
"todo lo que quieres está del otro lado del miedo"
Entonces, ¿qué vas a elegir la próxima vez que lo enfrentes? Vas a paralizarte, para luego arrepentirte, o lo enfrentarás para ir por lo que quieres.
Porque recuerda que, siempre y en todo momento o lugar, vos sos el que elige.
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