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Foto del escritorGustavo Picolla

Ud. es el cambio



“En el corazón de una aldea rodeada de exuberante vegetación, se tejía una historia de transformación. Los habitantes de este lugar habían vivido durante generaciones en armonía con la naturaleza que los rodeaba, pero ahora enfrentaban desafíos que requerían un esfuerzo colectivo.

Un día, un anciano sabio reunió a todos los aldeanos en el centro del poblado. Con voz pausada y sabia mirada, compartió una enseñanza que resonaría en cada corazón: "Cada uno de nosotros posee el poder de generar un cambio, pero es cuando todos hacemos nuestra parte que podemos transformar nuestra realidad".

Impulsados por estas palabras, los aldeanos se unieron en un propósito común. Algunos se dedicaron a limpiar los arroyos que habían sido contaminados por la negligencia, mientras que otros plantaron árboles para devolver la vida a los bosques. Algunos enseñaron a los jóvenes sobre la importancia de cuidar la tierra, mientras que otros exploraron formas de utilizar los recursos naturales de manera sostenible.

Cada pequeña acción, cada esfuerzo individual, se convirtió en un eslabón de una cadena de cambio. La aldea comenzó a transformarse ante sus propios ojos. Los arroyos recuperaron su claridad, los bosques reverdecieron y la comunidad se fortaleció.

Pero el cambio no fue solo externo; también se gestó una transformación en la mentalidad de los aldeanos. Se dieron cuenta de que su compromiso individual tenía un impacto colectivo y duradero. El sentido de responsabilidad compartida los unía en una red de solidaridad, donde cada uno veía en el otro un aliado en la búsqueda de un futuro mejor.

Con el tiempo, otras comunidades observaron el resurgimiento de esta aldea y se inspiraron en su ejemplo. La idea de que cada individuo podía contribuir al cambio se extendió como la semilla de un árbol llevada por el viento. Desde las montañas hasta los valles, se formaron movimientos de cambio impulsados por personas que habían adoptado el lema de la aldea: "Cada uno hace su parte".

Y así, a medida que las generaciones pasaban, el mundo experimentó una metamorfosis impulsada por la simple pero poderosa noción de que un cambio significativo comienza con la determinación individual de contribuir. En cada rincón del planeta, se comprendió que aunque los desafíos fueran grandes, la suma de esfuerzos individuales podía moldear un futuro donde la colaboración y la responsabilidad fueran los pilares de una nueva realidad.”


Gandhi dijo: “para que las cosas cambien, yo debo cambiar primero”.

Sin embargo, la mayoría de nosotros espera que alguien haga algo con los problemas que vemos.


“Todos quieren ver un cambio en el mundo, pero ninguno quiere cambiar”

Esperamos que el gobierno haga algo, que nuestro jefe haga algo, que nuestro vecino haga algo, que Dios haga algo, que otro haga algo. La pregunta es: vos, ¿qué vas a hacer para generar el cambio? Porque si seguís esperando, posiblemente el cambio no suceda. Si el anciano en la aldea se hubiese quedado esperando que los aldeanos hicieran algo, la aldea hubiese desaparecido. El anciano hizo su parte.

Yo creo que el cambio en el mundo viene de la mano del crecimiento de las personas, y hago mi parte. Facilito el desarrollo de las personas, en cualquiera de sus roles, para que cada una mejore el mundo en el que vive.

No necesita tener un puesto jerarquico para generar un cambio . De hecho Ghandi independizó la India de Inglaterra sin ningún tipo de autoridad jerarquica, solo se convirtió en un agente de cambio que inspiró a otros para lograrlo. ¿Qué cambió quiere ver en su mundo? Conviertase en el agente de ese cambio.

De esto nace mi pasión por el liderazgo. El mundo del líder es su país, su ciudad, su pueblo, su organización. El líder tiene la posibilidad de cambiar su mundo para mejor y lo puede hacer fomentando el crecimiento de las personas que lidera.

Claro para eso va a tener que cambiar sus creencias. La creencia de que para alcanzar objetivos propios debe gestionar personas y sistemas por la de inspirar a las personas para alcanzar un propósito común y desarrollar los sistemas que faciliten el logro.

Tal ves piensas que es difícil lograrlo, estas en lo cierto. Ahora, si tienes la pasión que te genera el propósito, la humildad, el coraje, la disciplina y la paciencia puedo asegurarte que estarás muy cerca de lograrlo.

La aldea tenía un líder, el anciano, que no busco que los aldeanos lo sigan, solo los inspiro para alcanzar un propósito en común. Y creo un sistema al decirles que cuando todos hacemos nuestra parte podemos transformar nuestra realidad. Y la realidad cambió.




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